El Clásico Ecos de la semana: Senderos de Traición (Héroes del Silencio) 1990

Nos acercamos a los 25 años del disco definitivo de Héroes del Silencio
[Ricardo Portmán] @ecosdelvinilo

Nada menos que el disco considerado por los propios Héroes del Silencio como su punto más alto. Senderos de Traición esta cerca de cumplir 25 años de su lanzamiento y sigue tan vigente como en su momento. La creciente madurez musical de los maños, una lírica plena de matices y claroscuros, además del enorme papel de Phil Manzanera a los controles hizo de este elepé un hito en la carrera de la banda. Senderos de Traición ocupa un lugar destacado en todos los rankings de los mejores discos de rock en español, pero que esto no nos desvíe de su gran valor cultural. Esta obra le abrió las puertas de Europa a Héroes del Silencio y les allanó el camino para la conquista del Nuevo Mundo. Con su primer trabajo El Mar No Cesa sembraron, con Senderos cosecharon el oro.

El contacto con Manzanera llegó por medio de su manager de entonces, Pito. La herencia latina con la mentalidad rock anglo del productor lucía como una mezcla ideal para plasmar el sonido y la creatividad de Héroes. Una vez les vio en vivo, Phil se enganchó a su fuerza y vio claro lo que se necesitaba en el vinilo: La potencia y la comunión con el público, en contraste con el sonido quizás más frío del primer trabajo.


La sesiones de grabación se iniciaron el 25 de septiembre de 1990 en los estudios Kirios de Madrid. El horario de trabajo era intenso y monolítico; comenzaban a grabar a las once de la mañana; a las dos se comía; a la tres volvían a grabar seguido hasta las nueve; cena y luego el arreón final hasta las once de la noche. Manzanera tenía muy claro que debía potenciar las virtudes de cada músico, dándole un lugar y presencia adecuadas. Phil deseaba sobre todo captar toda la fuerza vocal de Bunbury en contraste con los arpegios tan característicos de Juan Valdivia. El crecimiento como cantante de Enrique se hizo patente en Senderos, donde su voz pisó terrenos más elevados. El propio Bunbury confesaba que simplemente dio todo de sí, sin estar plenamente consciente de ningún proceso de crecimiento; simplemente se vació y en las pistas quedó el documento de tal fuerza. El resultado de cada sesión se reflejaba en una serie de piezas muy equilibradas, donde se juntaban la distorsión y la pureza de las guitarras de Juan, todo en las proporciones justas. El hecho que el material que grababan ya se había perfilado en los escenarios permitió que se dedicara más tiempo a grabar y menos a improvisar. La comunión musical de los cuatro Héroes era absoluta, una mezcla de intuición con habilidad, lo cual generaba un tercer y sublime elemento.


Las letras fueron materia exclusiva de Enrique. Asumido su papel como letrista, el cantante buscó que cada verso tuviera al menos dos significados. Si los demás querían aportar letras eso nunca lo sabremos, pero la comparación en este apartado lírico es impensable. Competir con la pluma de Bunbury es una batalla perdida. Valdivia, Cardiel y Andreu se enfocaron en sus instrumentos y el resultado quedó para la historia. El entramado de punteos y arpegios de Juan han sido ensalzados de manera unánime, estableciendo un estándar para legiones de músicos. La labor de Joaquín Cardiel y Pedro Andreu fue robustecida por Manzanera; los arreglos de bajo de Joaquín son de una complejidad fuera de lo común, encajando de manera natural con las guitarras y el poderoso bombo de Pedro. El baterista ponía su pegada al servicio de los temas, aportando intensidad y pausas a partes iguales. El nivel del cuarteto fue el mejor de su carrera.  

Desde un comienzo estuvo claro que Entre Dos Tierras abriría el elepé; el resto del listado sufrió varios cambios hasta llegar a su orden clásico. Las sesiones de grabación terminaron el 16 de octubre de 1990. El siguiente paso fue irse a los Estudios Metrópolis de Londres para las mezclas. El traslado de las cintas tuvo su propia intrahistoria: En el aeropuerto rumbo a Londres Phil Manzanera se negó a pasar por el escáner las cintas, previendo cualquier daño en ellas. Finalmente, apuntado por el arma de un Guardia Civil, tuvo que pasarlas. Afortunadamente no hubo daños que lamentar. 

Cuando finalmente se lanzó Senderos de Traición, a principios de diciembre de 1990, el éxito de ventas fue inmediato y abrumador. Un millón de ejemplares se vendieron en España y países europeos (particularmente en Alemania, Italia, Suiza, Francia y Austria). La banda se lanzó a la carretera para apoyar el lanzamiento del disco, lo cual magnificó su impacto. Esta euforia global por Héroes empezó a pasarles factura, reflejándose en un total agotamiento y tensiones internas que serían la antesala del ambiente de silencio que reinó en la banda durante su última etapa activa. La crítica musical en España, como siempre sucedió con Héroes, fue injusta y partidista; en cambio la prensa europea fue más ecuánime. Senderos De Traición conserva una vigencia a toda prueba para varias generaciones de escuchas, además de ocupar un lugar de privilegio en el altar personal de los cuatro Héroes, lo cual es uno de los puntos de conexión que se ha mantenido entre ellos invariablemente a través del tiempo. A Enrique, Juan, Joaquín y Pedro (además de Phil) siempre les quedarán estos doce lienzos. 


Senderos de Traición 
(EMI)
Lanzamiento:  Diciembre de 1990.
Productor: Phil Manzanera.

Entre Dos Tierras
Maldito Duende
La Carta
Malas Intenciones
Sal
Senda
Hechizo
Oración
Despertar
Decadencia
Con Nombre de Guerra
El Cuadro II


Personal:
Enrique Bunbury: Voz.
Juan Valdivia: Guitarras.
Joaquín Cardiel: Bajo.
Pedro Andreu: Batería.

Todas las canciones compuestas por Andreu/Cardiel/Valdivia/Bunbury

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